QUE ES UN SÍMBOLO
Sin pretender profundizar en la semiótica de los símbolos ni la semiología
de su interpretación, sí es conveniente establecer unos conceptos
básicos que nos permitan dar el primer paso en esta filosofía. Hay que
tener en cuenta que la cultura occidental, sufre de un espíritu escéptico y
relativista, empezando con Ferdinand de Sausurre (1857-1913) y otros
estructuralistas que, con su sociología de la comunicación, sólo estudian
el símbolo como elemento de relación humanística, conduciéndonos a un
falso racionalismo simbólico y muchas veces, a un abierto desprecio por
el conocimiento hermético heredado de la cultura de nuestros
antepasados.
Podríamos definir como simbología exotérica, todos los gestos, signos,
marcas, anagramas, emblemas, escudos, iconos, códigos, señales,
signos lingüísticos y pictogramas, dado que su interpretación es
monosémica y unívoca, pues son un instrumento de comunicación que
normalmente sustituye el lenguaje hablado.
La palabra símbolo, viene del griego Symbolon y su significado sería el de
yuxtaponer una cosa con otra, por lo que calificaríamos de simbología
esotérica, el símbolo, la alegoría y el mito, que por su esencia son
polisémicos y van dirigidos a la psique del ser humano, en la base de sus
conceptos, ellos se prestan a más de una interpretación en función del
observador y de sus conocimientos previos. Por este motivo un estudio
meramente epistemológico del símbolo es básicamente imposible.
Generalizando, se puede afirmar que, para una correcta interpretación de
principio, sería necesario conocer la base de la cultura que lo creó y su
desarrollo interpretativo a lo largo del tiempo, ya que una observación
monocromía y minimalista nos llevará a una interpretación errónea.
El símbolo se debe observar como un todo, una obra en sí mismo en que
la suma de las partes no es igual al todo, él es manifiestamente superior,
el símbolo se debe analizar con el subconsciente y la intuición, ¿qué
sentimientos o qué sensaciones nos inspira?, una visión de los elementos
que componen el símbolo y finalmente un impacto visual del conjunto,
esto nos abrirá un canal intuitivo permitiendo crear un concepto o idea
que nos ha de llevar a la comprensión. Nunca se debe observar desde un
estado dogmático o con juicios preconcebidos.
Dice VALSAN: que un símbolo no expresa ni explica, sólo sirve de apoyo
para elevarse de la meditación al conocimiento de las verdades
metafísicas, su ambigüedad vela y revela la realidad y su carácter
polisémico posibilita su interpretación en varios órdenes o planos de la
realidad. Por eso cada ser humano penetra según sus aptitudes en la
intimidad del símbolo