Simbólicamente equivalente a gruta, o cueva, del griego Kruptos
"oculto", lugar de nacimiento de dioses y diosas. Utilizadas también como
lugares de culto, que perduran aún hoy en día en la arquitectura de los
ábsides de las iglesias romanas. En muchas tradiciones iniciáticas los ritos
comienzan con la entrada a una caverna, que como cavidad sombría de
donde surgen monstruos, significa el mundo del inconsciente del cual el
ser humano es prisionero, pues en sus profundidades recluimos todo lo
que no somos capaces de asimilar. Los que quieren ver la luz deben
adentrarse en la caverna y enfrentarse a sus monstruos. La diosa Cibeles
de origen Frigio, se la describe como una deidad andrógina que surgió de
la tierra, su culto se celebraba en grutas y era vinculada a la fertilidad, así
las cuevas y las cavernas eran asociadas al útero femenino, como símbolo
de vida y renacimiento.
En las pinturas cuando se representa una cueva con agua hace alusión a
la vida; sin agua y con una vela casi consumida y a veces una calavera en
el suelo se refiere a la muerte; una cueva con uno o más animales y una
persona que se enfrenta a ellos, es una alegoría a la conquista de los
vicios, las pasiones y la ignorancia. La alegoría de la caverna más
conocida es la de Platón (428 a.C.), filósofo griego discípulo de Sócrates y
maestro de Aristóteles en el libro VII de la República describe una
caverna, donde en una pared de cara al interior hay unas personas
encadenadas desde su nacimiento, de manera que sólo pueden ver el
fondo de la caverna, al otro lado de la pared hay un fuego simbolizando
la luz del conocimiento y otras personas que proyectan unas sombras
chinescas en la pared del fondo, eso es lo único que ven los prisioneros,
tomando estas sombras como la realidad, pues no han conocido nada
más en toda la vida. Un día uno de estos prisioneros se escapa y saliendo
de la cueva comprueba que hay otra realidad, retrocede y lo explica a sus
compañeros, estos se burlan de él y no lo quieren acompañar, pues su
realidad de siempre, el refugio de la cueva y el temor a lo desconocido
continúa manteniéndoles en su sitio, aunque se les corten las cadenas.
Esta alegoría examinada desde un punto de vista puramente
epistemológico, es una metáfora sobre el ser humano y la sociedad que
lo rodea, perfectamente aplicable al mundo actual, donde la humanidad
está representada por los prisioneros alineados y sujetos por las cadenas
de la propia ignorancia, y los falsos convencimientos inculcados por las
sombras que proyectan algunos medios de difusión, dominados por los
intereses ideológicos o económicos de una minoría. Como dijo J.
Goebbels una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad, de
esta manera y con la premisa de la propia supervivencia, no nos permite
parar un momento para analizar cada noticia, y así poder averiguar su
auténtico significado.
LA CAVERNA