Dice el Cosmopolita: " El que no baje, no
subirá ". Esta es, Discípulo mío, la
prueba de las pruebas, allí donde te
esperan, las influencias Malignas,
esperando verte tropezar y caer en las
tinieblas exteriores.
Si les opones resistencia se te
manifestará el Fénix, sucesor de El
Alción. El mundo no es consciente de los
nacimientos superiores. Adopta pues, la
santa costumbre de sufrir el desprecio
de quienes valen menos que tú.
Imbúyete de esta verdad: hasta que no llegues a la Luz, no te será hecha
justicia.
Es necesario que te vuelvas totalmente indiferente a la opinión de los
hombres, cosa más fácil de expresar que de realizar.
¿Qué te importa pasar por una vaga unidad a los ojos de la gente, si tu
eres consciente de tu realeza intelectual?
Obra según tu conciencia sin preocuparte del resultado. Acepta la gloria
como una carga y no la desees, desea más bien pronto la gloria eterna, la
de los Filósofos: el Absoluto.
Si buscas la aprobación de los hombres, caminas hacia las tinieblas,
entonces estás fuera de la Vía.
Si quieres ser un Santo para que te reconozcan como tal; seguro que no
lo serás nunca. La fuerza milagrosa se hiperconcentrará en ti cuando ya
no la desees, cuando haya muerto en ti la ambición de poseerla.
Entonces no te enorgullecerás de hacer uso de este poder que maravillará
a los hombres.
Pero, ¿cuánto camino queda por recorrer para obtener este resultado?
Envuélvete, discípulo mío, en un abismo de humildad. Sé ínfimo entre los
ínfimos. Hazte obscuro. Escóndete como aquel discípulo de Kung-Tsé que
arrancaba lágrimas de admiración a su maestro y le hacía decir: ¡Oh, qué
sabio era Hoei! ¡Vivía en un reducto, en el fondo de una calle estrecha
abandonado y su serenidad quedaba inalterada! ¡Oh, qué sabio era Hoei!
Acuérdate de esta palabra: "La paciencia es la escala de los Filósofos y la
humildad es la puerta de su jardín ".
Rebajate y un día te transfigurarás y te despertarás brillante y radiante en
el abrazo del Rey de la Gloria, del Rey de Oriente sentado en su trono,
como dicen los viejos maestros, y entrarás en el Mar Púrpura que es el
Magisterio de los Filósofos.
¡Pero recuerda que aún no eres más que el Mercurio leproso que ha
matado el Sol de Justicia sobre la efigie del cuaternario!
Grillot de Givry
PUTREFACCIÓN