No sabemos qué o quiénes son, pero sí que han estimulado la imaginación de todas las personas de cualquier época o cultura. Fray Roland Guérin de Vaux (1903-1971) afirmaba que las entidades en Siria protectoras Karabu, (los que guardaban la entrada a los lugares sagrados) eran los antecesores de los Querubines bíblicos. El místico persa Zaratustra (628-551 a.C.), veía el mundo como un campo de batalla entre el bien y el mal, describía la luz como una manifestación benéfica de la divinidad, la oscuridad inherente al mal y ambas permanentemente enfrentadas. El estudio de la angelología parece que pertenece más a la teología que al simbolismo, si bien este último siempre ha tratado de representar de una manera u otra este universo dual en que nos ha tocado vivir, luz vs. oscuridad, bien vs. mal, salvación vs. condena, virtud vs. vicio. Todas y más de estas dicotomías vienen dadas por la observación del mundo natural y de nuestra propia naturaleza, donde cada principio tiene otro que se le opone. Siempre tratamos de dar forma y si puede ser antropomórfica a todo lo que nos es inteligible. En este contexto el Pseudo Dionisio Areopagita (V y VI d.C.), nos describe de una manera muy detallada todas las jerarquías celestiales. En el Barroco los artistas italianos introdujeron los puttis (niños) con alas representando inocencia y pureza. Un putto muy conocido, fue cupido haciendo alusión al amor, o en el “Memento Mori” donde un putto deposita una corona de laurel sobre una calavera, significando el principio y fin de la vida. No es hasta el siglo XIX que se empieza a representar la figura del Ángel custodio, dando vida a muchas ilustraciones orientadas a los más pequeños, destacando en el siglo XX las de Juan Ferrándiz. Pero todo tiene su contrapartida y la encontramos en los ángeles caídos, en este tema la alusión más explícita que hace la Biblia es en el Apocalipsis 12.7, y de una manera más ambigua en el Génesis 6.2, donde hace una referencia a la concupiscencia de éstos con las mujeres humanas. Hay autores que hacen referencia al libro de Enoc en la versión Etíope, donde se describe de manera más detallada el papel que estos ángeles tuvieron en la transmisión a los humanos de los secretos de la metalurgia , horticultura y astrología, entonces Dios envió a sus ángeles guardianes para castigar estos ángeles , que con sus actos ayudaron al hombre a salir de la ignorancia y la esclavitud . Si observamos la manera de actuar de estos Ángeles guardianes con su atuendo casi militar, demuestran unas formas de actuación demasiado humanas y poco angelicales. El ángel caído ha pasado a ser la representación por excelencia de la condena del hombre. A estos diablos se les representa de manera que su contemplación nos sea de lo más repulsiva. Jung califica los ángeles y demonios como el arquetipo del bien y el mal que reside en el inconsciente colectivo de la humanidad. El mal no es la ausencia del bien, es por sí mismo una realidad con toda su potencia, es intrínseco al ser humano que lo lleva a una destrucción de los demás y de sí mismo. El bien y el mal están en nosotros mismos y es nuestra batalla y nuestro libre albedrío, lo que nos debe conducir hacia la evolución o a la involución de toda la humanidad, pues el día del juicio final no será juzgada la persona individualmente sino toda la humanidad en sí.
ÁNGELES Y DEMONIOS
Luca
Giordano
RVM